SpaceX: microcontroladores en el espacio
15 September 2025
Cuando pensamos en un cohete despegando, imaginamos superordenadores gigantes dirigiendo cada maniobra.
Pero la realidad es que SpaceX confía gran parte del control en microcontroladores especialmente diseñados para resistir condiciones extremas.
🚀 El reto del espacio
Enviar un cohete al espacio implica lidiar con:
- Vibraciones y aceleraciones extremas.
- Radiación que puede alterar bits en memoria.
- Temperaturas fuera del rango habitual de la electrónica de consumo.
- Necesidad de ejecutar cálculos en tiempo real para control de motores, navegación y seguridad.
Un fallo en una fracción de segundo puede significar perder una misión de millones de dólares.
🧠 La solución: redundancia y robustez
En lugar de depender de un único procesador central, SpaceX diseñó sistemas distribuidos basados en microcontroladores:
- Triple redundancia: cada función crítica es controlada por tres MCUs que votan entre sí.
- Watchdogs integrados que detectan y corrigen fallos al instante.
- Comunicación por buses CAN y Ethernet industrial para coordinar múltiples sistemas.
- Tolerancia a errores por radiación mediante ECC (Error-Correcting Code) y técnicas de reconfiguración.
🔧 Implementación en cohetes
Algunos ejemplos de uso real:
- Control de motores Merlin y Raptor.
- Supervisión de tanques criogénicos de oxígeno y metano.
- Manejo de válvulas, actuadores y sistemas de presurización.
- Soporte a los sistemas de navegación y aterrizaje autónomo de las etapas reutilizables.
Cada microcontrolador hace su trabajo de forma especializada, en lugar de sobrecargar un único “cerebro”.
📈 Resultados
Gracias a esta filosofía:
- Los cohetes Falcon 9 y Starship pueden ejecutar miles de operaciones por segundo con alta fiabilidad.
- La reutilización de etapas es posible porque los sistemas electrónicos sobreviven a múltiples vuelos.
- SpaceX redujo costes frente a soluciones tradicionales de electrónica aeroespacial, sin sacrificar seguridad.
💡 Lecciones aplicables
- La redundancia salva vidas (y millones): nunca dependas de un solo microcontrolador en sistemas críticos.
- El entorno importa: diseña tu PCB y protecciones pensando en vibración, temperatura y ruido eléctrico.
- MCUs pequeños pueden tener un gran impacto si se combinan en sistemas distribuidos.
- La clave no es el tamaño del chip, sino la arquitectura del sistema.
Conclusión:
SpaceX probó que los microcontroladores no son “juguetes para makers”, sino componentes capaces de dirigir cohetes que llegan al espacio y regresan a la Tierra.
La próxima vez que subestimes un MCU, recuerda que puede estar controlando un motor de miles de toneladas de empuje.